TU ANTIVIRUS
Que el Señor te escuche cuando estés angustiado; que el Dios mismo de Jacob te defienda. Que te envíe auxilio y ayuda desde el santuario. Salmo 20:1,2
John McAfee declaró en una entrevista para la revista Mensa Bulletin, que él fue el primero en desarrollar un programa de protección antivirus para nuestras computadoras. Por supuesto, mucha gente está agradecida a John por habernos ayudado a resguardar nuestras computadoras. Sin embargo, él también se ganó el desprecio de un grupo concreto de personas: los hackers. Desde entonces, él ha sido uno de los objetivos más apetecibles para los piratas informáticos. A fin de protegerse de un despiadado ataque cibernético, McAfee tiene que registrar sus aparatos a nombre de otros, tiene que cambiar varias veces al día la dirección IP de su computadora y tiene que conectarse usando seudónimos, porque si se descuida será destruido por los hackers.
¿Sabías que tú y yo estamos siendo buscados por el hacker más peligroso de todas las épocas? Mira lo que dice la Palabra de Dios: “Sean prudentes y manténganse despiertos, porque su enemigo el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8). Ese hacker conoce bien cada una de las debilidades de nuestro sistema operativo y procura por todos los medios infectar nuestras vidas con el más terrible de los virus: el pecado. Ante un hacker de esa naturaleza no hay mucho que podamos hacer por nosotros mismos. Quizá no tenemos más alternativa que clamar: “Ahora, ¿quién podrá defendernos?”
El libro de Hebreos registra estas confortadoras palabras: “Por tanto, teniendo un gran sumo Sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:14-16, RV95).
Mientras Satanás se aprovecha de nuestras debilidades para destruirnos, Jesús se compadece de nuestra vulnerabilidad. Cuando sientas que el virus del pecado se quiere apoderar por completo de tu vida, acude a Jesús; él te dará el socorro que necesitas; te enviará “ayuda desde el santuario” (Salmo 20:2, RV95). Su gracia es el antivirus más poderoso del universo.
#JesúsesmiAntivirus
#LaGraciadeDios
Tomado de: Lecturas Devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco
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