No hay otro como Jesús en todo el universo

La escena que precede al texto de reflexión para hoy es conmovedora. A diferencia de los héroes terrenales que triunfan mediante el uso de su fuerza física, de su inteligencia, de su astucia; quien “ha vencido” evidentemente a las fuerzas del mal, es el humilde y manso “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Y su victoria es la victoria del amor, la victoria de la bondad, del bien, de la integridad, de la pureza y del sacrificio por amor a los demás. Es la victoria de Jesús, el “Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo” (Apocalipsis 13:8).

Por eso, por tan infinito sacrificio realizado por Jesús mediante la humillación de su encarnación (siendo Dios se hizo hombre, sujeto a nuestras limitaciones y dolor); mediante su vida humilde, abnegada, perfecta y santa; y mediante su muerte sustitutiva en la cruz, donde cargó de manera misteriosa y milagrosa con el dolor de nuestras culpas y condonación para que nosotros no tuviéramos que portarlas, Jesús es el único ser en el universo digno de tomar el libro, abrir sus sellos y leerlo.

Si, Jesús es digno de recibir toda la adoración, gratitud y alabanza de los cuatro seres vivientes, de los 24 ancianos, y de millones y millones de ángeles, porque nos amó TANTO que realizó el increíble sacrificio de que sobre su vida se acumularan las culpas y la condonación por los pecados de toda la humanidad, de los míos y de los tuyos, para vernos salvos y felices en su reino.

¿No crees, también, que él es digno de tu adoración, que merece TU alabanza y entrega absoluta en sus brazos de amor porque también murió por TI en la cruz para poder salvarte? No dejes ahora mismo de postrarte en oración agradecida y conmovida a aquel que tanto te amo, que es el Señor de la historia y que pronto vendrá a buscarte.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El Tesoro Escondido”
Por: Pablo Claverie